20/05/09



En el metro los asientos nunca se enfrían. El calor humano nunca los abandona. Aunque sólo los toca "el reverso del yo" tienen más contacto que nuchas personas. Un contacto variado. Multinalgar.

No creo que las corrientes de aire les favorezcan. Fatales los cambios de temperatura. Esperan la compañía de un calor y de un peso. Con respeto. Sin moverse. Para un acomodo al gusto.

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