27/07/09

No conozco a muchas personas que lo den todo. Siempre se reservan una parte. No sólo en la generosidad, en las relaciones, en la vida personal, en la laboral,... también en aquellas que son más placenteras. Siempre dejamos una parte para el ahorro, para el por si acaso. Y cuando podemos hacerlo lo hacemos con desmedida, con prisas, intentando ocupar con placer el tiempo, casi sin conciencia de lo que está aconteciendo. Darlo todo es difícil cuando la cultura no lo permite. Por miedo, por superstición o por recelo al otro. Darlo todo es dar lo que tenemos, sin más. No podemos dar más. Y si no es recibido con la misma actitud recordemos que 'el bien' está en el hecho de darlo todo. Disfrutémoslo.

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