08/02/10


El que no tenga secretos que levante la mano. O el que no tenga una vida interesante para poder tenerlos. Es esa parte que sólo conocemos nosotros. Es esa parte que no queremos que sea conocida. Pero esa parte puede convertirse, si nuestra vida fuera porcentual, en mayor que la que no es un secreto. En ese momento, o quizás antes, nuestra vida pasa de tener secretos a ser una mentira. Es tanta la cantidad de cosas que ocultamos que fabricamos un artificio que nos ayuda a ocultar tanto secreto.
Del tener secretos, parcela personal, a ser mentira puede haber más o menos distancia. Del parche al personaje puede no ir mucho. Lo primero es respetable. Lo segundo tiene posibilidad de no ser entendido, porque socialmente, al menos en mi tierra, en la presentación y en la convivencia se parte de la sinceridad de palabras y hechos y no de que las personas, de principio, mienten y ocultan.

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